Reproducción del posible aspecto del C. corcovatus a cargo de Raúl Martín. Recreaciones alternativas aquí y aquí, gracias a Alain Bénéteau.
Desenterrado del yacimiento de Las Hoyas (Cuenca, España), el fósil de este dinosaurio terópodo sorprendió en principio a sus descubridores debido a las prolongaciones oseas de las vértebras anteriores de su pelvis, responsables de su notoria joroba. Esta característica le valió el que fuera bautizado como Concavenator corcovatus ("cazador jorobado de Cuenca").
Sin embargo, la importancia de este fósil, apodado "Pepito" por los paleontólogos que lo trajeron a la luz, va más allá de la peculiaridad mencionada líneas arriba. En efecto, sus brazos presentan rebordes óseos muy similares a los que poseen los Coelurosaurios y sus descendientes actuales, las Aves, y en los cuales se afianzan las grandes plumas de las alas que sirven para el vuelo sostenido de estas últimas.
Lo inquietante (y emocionante) de esta característica es que "Pepito" pertenece a un grupo de dinosaurios (los Alosáuridos) cuyos representantes, hasta ahora, no presentaban evidencia alguna de poseer plumas o estructuras similares. El descubrimiento de este reptil español parece indicar que las plumas habrían aparecido mucho antes de lo que se consideraba hasta el momento, esto es, en los dinosaurios primitivos que fueron antepasados comunes tanto de los Coelurosáuridos como del grupo que contiene al C. corcovatus.
Subrayados en rojo en el cuadro siguiente (basado en el cladograma propuesto por Weishampel et al. en 2004), pueden apreciarse los grupos de dinosaurios con al menos un representante emplumado:
Como se aprecia, los Alosáuridos se contarían a partir de ahora entre los dinosaurios con plumas gracias al descubrimiento del Concavenator.
El hallazgo de "Pepito" también parece apuntalar la idea de que las plumas fueran una característica extendida entre todos los dinosaurios, junto a evidencias aportadas por especies no emparentadas con los terópodos como el Psittacosaurus y el Tianyulong, los cuales podrían haber tenido (al menos) protoplumas.
Sí, lo sé: ¿y qué hay de la joroba? Bueno, pues al respecto se han formulado, por el momento, dos hipótesis:
Lo inquietante (y emocionante) de esta característica es que "Pepito" pertenece a un grupo de dinosaurios (los Alosáuridos) cuyos representantes, hasta ahora, no presentaban evidencia alguna de poseer plumas o estructuras similares. El descubrimiento de este reptil español parece indicar que las plumas habrían aparecido mucho antes de lo que se consideraba hasta el momento, esto es, en los dinosaurios primitivos que fueron antepasados comunes tanto de los Coelurosáuridos como del grupo que contiene al C. corcovatus.
Subrayados en rojo en el cuadro siguiente (basado en el cladograma propuesto por Weishampel et al. en 2004), pueden apreciarse los grupos de dinosaurios con al menos un representante emplumado:
Como se aprecia, los Alosáuridos se contarían a partir de ahora entre los dinosaurios con plumas gracias al descubrimiento del Concavenator.
El hallazgo de "Pepito" también parece apuntalar la idea de que las plumas fueran una característica extendida entre todos los dinosaurios, junto a evidencias aportadas por especies no emparentadas con los terópodos como el Psittacosaurus y el Tianyulong, los cuales podrían haber tenido (al menos) protoplumas.
Sí, lo sé: ¿y qué hay de la joroba? Bueno, pues al respecto se han formulado, por el momento, dos hipótesis:
- Que sería (para variar) una estructura de exhibición para atraer a las hembras.
- Que serviría como un elemento regulador de la temperatura, como la vela del Spinosaurus, protagonista animal de la última entrega de la saga Jurassic Park.
Algunos datos finales sobre el C. corcovatus:
- El fósil de Cuenca constituye el esqueleto de dinosaurio más completo descubierto en España a la fecha. Incluso se descubrieron restos de piel fosilizada.
- Vivió entre 130 y 125 millones de años atrás aproximadamente, durante el Cretácico temprano.
- Midió alrededor de cuatro metros de largo.
No comments:
Post a Comment